Al visitar el museo Ferroviario de Avellaneda, uno tiene la posibilidad
de revivir aquellos años en los que el tren provincial llegaba a la ciudad, ya
que la estructura está perfectamente conservada y los instrumentos que se
muestran generan cierta nostalgia; ya han pasado más de 30 años de su cierre.
La estación del ferrocarril provincial fue creada en 1926 y cerró sus
puertas el 6 de Julio de 1977. Luego de estar 21 años sin actividad, en 1998 se
inauguró el museo que funciona en la actualidad, creado por la Asociación de
Museos Ferroviarios Bonaerenses, cuyo lema es:”Para no perder el tren de la historia, hay que recuperar la memoria
ferroviaria y proyectar las vías que nos lleven a un mejor horizonte donde el
ferrocarril pueda desempeñar su rol esencial para el crecimiento del país”. Se
trata de una comisión sin fines de lucro que solo busca conservar el patrimonio
y exhibir los diferentes elementos que componen la estación.
Al ingresar al edificio se pueden observar diferentes sectores en los
que se encuentran las diversas piezas que conforman el museo. En una vidriera
se pueden visualizar distintos utensilios empleados tanto en los vagones de los
trenes como en las oficinas; también los diferentes uniformes que vestían los
motorman; los diversos tipos de faroles, o las tantas maquinarias que conforman
un tren.
Los diferentes trajes del personal de los ferrocarriles
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Al consultarle al director
del Museo, Tomás Enrique Talbolt, sobre las diferentes piezas que se encuentran
allí, comentaba que “provienen de donaciones que realizaron diferentes
ferroviarios”.
Entre ellas se encuentran
el vagón presidencial del año 1923, en el cual se transportaba a los
diferentes presidentes del país y autoridades del estado argentino, entre ellos
Perón y Evita, el Príncipe Galés, entre otros.
A su vez hay un vagón vivienda, que lo utilizaba el personal de la vía
ferroviaria que vivían allí y otras obras de estaciones.
Además de estos dos vagones, hay uno naranja y otro verde, que
iban al final del tren de carga y se trasladaba al guarda del tren.
Los vagones se pueden observar detrás del museo, están situados sobre
las vías. Allí también se visualiza el cartel de la estación de Avellaneda, que
está intacto en el lugar que se ubicaba en aquellos años.
En las paredes quedaron plasmadas las ventanillas en las que cada
viajante consiguió su boleto, la de primera y segunda clase y aquella en la que
se enviaban las encomiendas.
También se puede visitar la oficina en la que trabajaba el jefe de la
estación, al ingresar está la recepción con las tres máquinas de escribir y el
teléfono antiguo colgado de la pared, y luego hay dos puertas que te trasladan
al escritorio donde la persona que estaba a cargo se encontraba.
El director comentó que “las personas que vienen a visitar el museo
provienen de diferentes niveles; hay extranjeros, jubilados, chicos de
jardín de infantes, etc.” y que para hacer visitas guiadas se requiere un
“mínimo de más de 7 personas y estas se deben pactar antes”.
En conclusión, se trata de una ventana al pasado de nuestra historia
ferroviaria, indispensable para aquellos que gustan de los logros que hicieron
grande nuestra patria, y para los fanáticos de la historia del gigante metálico
en nuestro país.
El museo se encuentra en la Avenida Güemes 600 y esta abierto de martes
a domingos desde las 9:30 hasta las 16:30 hs, y se puede visitar de forma
gratuita. Si venís en colectivo las líneas que te llevan hasta el lugar son el
570, 100, 446,293, 24, entre otras.
http://museosferroviarios.wordpress.com/2010/07/26/el-museo-ferroviario-bonaerense-de-avellaneda/
Escobar Ariel
Leiva Agustina
Rivas Leonardo
http://museosferroviarios.wordpress.com/2010/07/26/el-museo-ferroviario-bonaerense-de-avellaneda/
Escobar Ariel
Leiva Agustina
Rivas Leonardo
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